A mi alrededor solo hay cosas inconclusas. Partiendo por las cajas que llevan una semana acumulando polvo en los rincones de mi habitación y me niego a desembalar por una seuda falta de tiempo, que me obliga a confesarte que es porque has estado en mi mente, ocupándola las veinticuatro horas durante más de diez días, y que eres toda la representación de lo que no he concluido en mi vida. Desde el millón y medio de cartas y papeles con mensajitos estúpidos que me he negado ya sea a firmar o a entregarte, hasta los medios besos que se vuelan con la brisa que corre antes de la lluvia y terminan en el suelo después de las primeras gotitas tímidas. Desde pequeños rubores en las mejillas, hasta el completo y fulgurante temblor que causan en mi espalda tus manos tibias. La adrenalina de tus palabras, lo extasiante de tus ojos.
Eres lo más completo e inconcluso de toda mi vida.
Porque lo eres todo, pero a la vez; eres nada.
Eres lo más completo e inconcluso de toda mi vida.
Porque lo eres todo, pero a la vez; eres nada.
No comments:
Post a Comment