Thursday, November 4
entonces este era el límite...
No quise entenderlo. Hoy -yo te permití- que terminaras de matarme. Y ahora me duele tanto, tanto todo esto, me duele tanto la facilidad con la que puedes dejarme ir, que no creo que me interese mucho más todo el cariño. Ahora veo que a pesar de lo bonito que fue, siempre fue tan superficial. Hoy me siento chiquitita, tan chiquitita como antes, me siento vulnerable y perdida, pero por lo menos sé que nunca más volveré a sentirme tan estúpida como cuando corrí para pedirte disculpas, porque no, nada valoras, nada basta, nada te agrada, nada es suficiente. Y yo ya no doy a más porque ya lo dí todo muchas veces. No me aburro nunca, pero se me acaba la fuerza, las ganas y las lágrimas. Había tanta agua a mi alrededor y por primera vez no sabía adonde ir, así que me guarde el llanto en el bolsillo y solo me arrepentí mucho de haber dejado en tu casa esa flor tan bonita que me encontré en el camino. Ya no más, cariño. Puedes estar tranquilo, porque de mí no volverás a saber.
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