mate lavado.

A lo mejor si puedo dejar de depender emocionalmente de otras personas. Entes humanos superpuestos entre ellos, tan maléficos, magníficos, manipuladores, maquiavélicos, malgastando mi paciencia y mis ganas. Tantos esfuerzos convergen en catarsis. Obedeciendo preceptos infundados, acatando reglas hueonas, el único camino para no ahogarse es explotar, silenciosamente, una noche de mayo. Sentarse en la ventana con el corazón bombeando adrenalina (y qué se yo de otros procesos biológicos) prender un cigarro y llorarlas todas, soltarse una vez en mil quinientas, tomar mate y fumar en la ventana en la intimidad de la noche, algo para mí sola. Soltarse una vez en mil quinientas. Prender otro cigarro. Inspirar las penas y volver a poner los pensamientos en orden. Poner bajo la sonrisa cada pequeña incomodidad. Bajarse de la ventana y volver a la cama. A lo mejor si puede dejar de depender emocionalmente de otras personas; o a lo mejor no.