(...) Y cuando tenía que doblar esa esquina me di cuenta que no quería doblar ahí precisamente, me dí cuenta que tenía ganas de caminar durante horas porque ya no me importaba nada, ni el sol que se estaba poniendo colorado, ni tu canción sonando en mis oídos, ni tus palabras haciendo eco en ellos. Me di cuenta que quería correr, y entonces corrí. Corrí varias cuadras antes de cansarme y ralentizar los pasos, volver a la monotonía del movimiento inequívoco de mis pies hacia mi destino, del destino, este destino. Tenía un nudo en la garganta, literalmente sentía un nudo en mi garganta. Sentí unas ganas horribles de llorar. Pero no lloré. Quise odiarte más por todo lo que haces, por hacerme esto tan difícil. Es tan simple odiarte cuando eres un idiota, es tan fácil no quererte y no pensarte y olvidarte cuando eres una mierda. Qué me importa ahora si me quieres, cuando necesitaba saberlo estabas en otra, cuando realmente quise escucharte decir 'te quiero' estabas ocupado. No quiero escucharte decir te quiero, no quiero mirar tus labios contorneando sonidos, no quiero sentir tu voz mentirosa decir palabras que me sé de memoria. Qué tanto puede importarme si nunca lo vas a demostrar. Porque te necesito aquí ahora mismo, aquí-ahora-mismo, y estoy sola. Si realmente te importara las cosas serían diferentes, por eso no puedo creerte más.
No comments:
Post a Comment