El odio lo voy a guardar en una cajita para que se pudra solo y yo siga tan bien como estoy, con la facilidad de subir a la punta del cerro y mirar como son de insignificantes algunas personas, respirar el aire que no alcanza para otros. Las personas como ellos deberían casarse entre si para crear una raza aparte que herede la mierda que se tragan y que esparcen, así dejan al resto vivir en paz y no hay que relacionarse con hueones de mierda ni minas asquerosas. Es increíble estar tirada sobre el pasto húmedo con ropa de colegio, mirando el cielo el jueves por la tarde, medio nublado y con destellos dorados hacia la costa, tomando un brebaje mágico y con unos relajantes no-naturales, escuchando la nada y hablando huevadas, viviendo, sintiendo por fin todo eso que no sentía desde hace casi dos años. Soy feliz otra vez, y quien iba a pensar que la felicidad solo la alcanzaría al alejarme de la mierda. La venganza sabe delicioso, no mata el alma; la alimenta. Y se me fue el amor así de rápido, de un día para otro, porque la persona que yo quería no existe y solo ahora sé que todo valió la pena solo para darme cuenta que nunca se termina de conocer a las personas. Aunque ¡qué cosas estoy diciendo! Creo que con algunas ni siquiera empecé.~
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