Deep in green.

{Hay cosas que es mejor no saber. Por eso prefiero quedarme callada y mirarte de lejos no más como hablas y no te escucho, pienso que es mejor. Aunque me quedo pegada todavía y me pierdo en tus ojos de lechuga que me recuerdan tanto el pasto verde y los árboles de brócoli. Pero es mejor. Tú preguntas quién quiere caminar cuando se puede volar, pero las alas están rotas y duele mucho. Algunos dicen que el tiempo sana las heridas, pero en realidad el tiempo no existe y la existencia que avanza solo disimula, oculta, esconde y engaña haciendo creer que el réloj en algún momento te secará las lágrimas, te quitará los temores y te pondrá de vuelta en la vida que tenías antes. Eso no pasa. Pasa que la gente sigue haciendo daño, las palabras no detienen el viento frío que te golpea las mejillas y las promesas se caen, gotean sangre, saliva, bilis, vómito y mierda. Las pastillas solo te hacen ver luces de colores y te esconden la realidad mi amor, lo que te lleva a estar ahí arriba no es más que la droga a la que te haz expuesto, no son más que patrañas, mentiras, falsedades. Y yo ya no soporto ver tu cabeza contra la almohada, suspirando espejismos, no soporto verte en el piso retociéndote en tu incoherencia, maldiciendo a los espíritus, mirándome fijo a los ojos y pidiéndome que te prometa cosas que sé que no cumpliré, promesas que sabes que jamás te haré. No quiero pedirte el cielo, ni el mar, ni jirafas, ni eucaliptus. Quiero pedirte que me quieras y me cuides. Estoy harta de vivir en tus ilusiones patéticas, en tu enfermiza obsenidad, estoy harta de ser esa muñeca frágil y tierna que descansa en tus rodillas luego de vomitar en tu esquizofrenia. Esto es más que eso. Pero me he aburrido de decírtelo una y mil veces, me he aburrido de enseñarte a cruzar la calle, de prepararte algo para que no mueras de hambre, de sacudir la tierra de tus codos y ponerte cremita en las manos... me aburrí de sentirte tan mio. Ahora te miro descalzo sobre ese verde que resalta aún más los ojos que hipnotizan y te amo más que nunca... somos tan patéticos. Me hablas. Preguntas qué hago. Te lo he dicho antes, escribo el final. Pero no me crees. Gritamos, escupimos, lloramos, nos abrazamos, nos mascamos, nos golpéamos. Te amo tanto. Dime dónde te escondiste todo este tiempo, porfavor.}

-Abril, 8.


(esto me trae tantos recuerdos... pero no son más que recuerdos. Yo te dije que estaba escribiendo el final.)