Tuesday, June 15
Aquella ventana.
Las pocas veces que me quedo mirando por la ventana veo cosas increíbles. Es por eso que no lo hago siempre. Si lo hiciera siempre dejaría de ser tan maravilloso. A veces, veo a la señora de la plaza riendo, se rie de cualquier cosa, como el otro día que por casualidad vi que reía de un gato arriba de un árbol, por que por más que intentaba tomarlo el gato no se dejaba bajar. También veo a los perros jugando, la Luna, el Chasco y el Chico que se persiguen la cola y saltan harto. Veo a los niñitos que salen del colegio y cambian tazos, increíble que los tazos aún existan! El otro día, eso si, vi a una pareja peleando. Iba pasando por al lado de la ventana y justo los ví. Ella tenía un suéter calipso y el llevaba una chaqueta de cuero. Me llamaron la atención y me acomodé cual vieja copuchenta a mirarlos desde la ventana mientras me tomaba el cafe. Y se abrazarón. Y lloraron. Y creo que nunca me había pasado algo tan místico pero ella me miró. No sé si me vió, obvio, pero miró en esa dirección. De pronto me veo a mi chiquitita, husmeando en un mundo extraño, lleno de complicaciones que no son mías. Y me termino el café mirando como se alejan caminando cada uno por un camino diferente, sintiendo un poco de vergüenza y un poco de incertidumbre, pero por dentro sintiendo que ya es tiempo de dejar de mirar al resto como si realmente me importara y ahora tengo que mirar a mi lado con carita de gato a aquel globito que da saltitos... a pesar de todo hoy a sido un buen día.
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