Hace varios días que dejé de verlo. La verdad nunca lo decidimos así, pero incluso antes de que se fuera me despedí. Nunca lo hacemos. No nos despedimos porque sabemos que nos vamos a ver luego. Cuando me acerqué y le dí un beso en la mejilla mientras soltaba su mano de mi cintura y le decía suavecito cerca del oído que se cuidara y que no se le ocurriera morir, me miró con ojos espantados y me preguntó si pasaba algo, si las cosas andaban bien y mil cosas más que ahora no recuerdo mucho. Pero yo le respondí que no pasaba nada, que todo estaba perfecto y que no se preocupara porque yo estaba bien. Pero igual fue raro. Yo no sé que bicho me picó cuando se me ocurrió romper el trato que hicimos sin decir ninguna palabra en el cual pactamos no despedirnos porque las despedidas nos traían mala suerte. Fue una intuición, algo que los dos inferimos un día que hablábamos de otra cosa más importante y derepente se nos prendió la ampolleta y lo dejamos hasta ahí, nos abrazamos rapidito como para no denotar la tristeza que nos daba separarnos y partimos cada uno para su lado. Bueno, la última vez que lo ví fue diferente, a eso iba todo el tema. Que me despedí y no sé muy bien porqué pero es la segunda vez en mi vida que pasa tanto tiempo que no sé de él, y por una parte me preocupa y por la otra me da un alivio que no se explica. No sé que pasa con mi vida. Pero de un día para otro se puso up side down y de verdad que no entiendo qué onda. Me gustaría quedarme a conversar, pero ya sabes, ultimamente no sé que va a pasar al segundo siguiente del que está pasando ahora y eso me complica harto los planes de supervivencia en el real world. Lo único que quiero es irme a dormir para soñar con mi muchacho ojos de papel (que es mucho más bacán que el mino de los pactos sin palabras) y pedirle disculpas porque hace tres días que no lo veo y puedo sentir como llora en silencio a miles de kilómetros de distancia, igual como lo hago yo desde hace tres días.-
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