en tu cuarto sin sentido, en tus brazos, en mi cama, entre los árboles, en la ventana, a través del tiempo, por los recuerdos, en los labios, tu en mis pensamientos, el viento en la tierra, las fotos, el perro que persigue su cola, la decisión que no me atrevo a tomar, el beso que me da miedo pedir, la despedida que jamás aceptaré, aquella loca en el piso, la botella en el centro, la cabeza en el alcohol, el café en mi estómago, los cigarrillos que fumaste, el abrazo al final, las palabras, las pabralas, las labrapas, las las brapalas, las palabras. Yo misma doy vueltas y el teléfono da vueltas, los números dan vueltas, los sonidos dan vueltas.
Me retuerzo en el piso, sabes que estoy esperando. Y sé perfectamente que nada va a pasar, que esta vez las cosas si cambiaron y que con el llanto de siempre no me vas a volver a querer, no me vas a volver a abrazar con las mismas ganas ni me vas a llamar para decirme las buenas noches. Y sigo dando vueltas en mi cama, como esperando encontrarte (me descubriste una vez) pero no apareces, no vas a aparecer tampoco, todo se termina, pero nada también se termina? Curiosamente me hice la idea de que todo terminaba y que los nada no pueden terminar, y si terminan eran algo, oh Dios mio, que confusión me has causado. Lo siento por todo, por los escándalos, por las llamadas fuera de mi misma, por los malos ratos, los llantos, los insultos. Sabes que lo siento de verdad.
Aunque quisiera respirar a tu lado esta vez y que mis lágrimas mojen tus hombros y no mi almohada, aunque quisiera no haber caído otra vez en lo único que me ayuda a olvidar, aunque quisiera dejar de huir lejos de la cordura para comprender tus razones, tus miedos, aunque tenga que viajar al otro lado del universo para que toda esta mierda tenga sentido, oh, creo que está vez no hay vuelta atrás.
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