Wednesday, December 8
definitivamente es el día.
estoy sentada en mi cama a medio vestir, con una botella de jugo en el velador y un vaso que ya me aburrí de ocupar (así que tomo jugo de la botella). me acabo de levantar y no me dio el ánimo para algo más que bañarme y semivestirme por ende tengo el medio rostro. odiosa y mañosa. la cama está deshecha y me da lo mismo, igual encuentro un rinconcito para mi y la notbuc y me conecto a hablar con la gente y ver si salimos en la tarde porque tengo más encima unas ganas incontrolables de comer una hamburguesa groseramente chancha de esas que te da un infarto de puro mirarlas. y la gente no tiene plata así que bajamos las expectativas a un heladito no más, ya filo. este hombre me dice que mejor nos juntamos por la tarde y así aprovechamos de ver películas en su casa echados en el sillón, sin vino y sin chocolates de licor de menta. mi ropa que en realidad es su ropa está tirada en el suelo, mis calzones, mi sostén, la toalla, el secador de pelo, todo en un bultito al medio de la pieza para bajarlo después. ¿me aliso el pelo? oh, vicky, tan superflua cariño. intolerante. no me hables así, nunca más me hables así, porque me da pena, porque me siento hueona, nunca más me hables así. maldito enfermo sociópata cabrón, creo que ya no me interesa todo esto, que siga por inercia, yo no me voy a preocupar más. cambiante. juntémonos! o mejor no. ya bueno ahora si, déjame cancelar mi otro compromiso. ah si, se me olvida como cancelar compromisos, es que nadie nunca lo hace por mi. en realidad sí ah, pero él nunca lo hace por mi. todo es más importante que yo. bueno y ya qué me importa este culiao en verdad, si nunca hace ni una cosa buena por mi ya está bueno ya de andarse preocupando por tonteras. y no lloré. llorona. já. uno menos.
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