Decidirme a continuar.

Siento que te amo. Siento que te extraño. Siento que quiero correr a tu casa para dormir la siesta juntos (como antes). Siento que necesito verte para sonreír con ganas. Siento que extraño mucho tus cosquillas. Siento que me hacen falta los besitos esquimales, las tardes de películas, los almuerzos improvisados, dormitar frente a la tele, las clases de guitar hero. No me siento feliz porque siento que me haces falta tú. Pero no puedo decidirme a continuar. Sé que estás ahí esperando que te permita volver, pero tengo tanto miedo, soy tan cobarde, soy tan intolerante al dolor. Tengo dos opciones. La primera me lleva de regreso a un mundo aparte, un mundo en el que ya estuve pero que aún así no será un lugar seguro, un mundo que amé, odié, maltraté y olvidé, pero que ahora promete ser mejor. La segunda me lleva a un lugar seguro, sin emociones, un lugar normal. Nada puede ser peor que antes.
Entonces... ¿vamos?