Tuesday, September 13

An ugly fact of life.

explosiones en el cielo.-


Aceptamos el hecho casi con resignación. De pronto nos vimos envueltos por el humo y el olor a cannabis que emanaba de los inciensos encendidos con un cálculo bastante optimista. Y no nos agradó en absoluto. Entonces estiraste los brazos con un bostezo fingido, y nos tendimos en el piso a mirar las estrellas que un día dibujamos en el techo. Pensábamos ilusamente que podríamos imitar las constelaciones y galaxias, pero todo lo que obtuvimos fue una confusa masa homogénea de colores de esmalte fluorescente para uñas. En un momento creí que eso era todo; que mi vida se iba a resumir a ese instante fugaz en que tu mano se encontraba tibia e indecisa con la mía, y vagamente me mirabas para sonreír... ¿le estabas sonriendo a la desgracia? Lo que sentimos nunca se fue. No estábamos felices, ni mucho menos emocionados. El olor dulce nos revolvía las entrañas, las miradas sucias nos ponían nerviosos; pero no de la manera deliciosa que antes solíamos disfrutar sino que nerviosos por la pena, por las lágrimas que nos llenaban los ojos y nos avergonzábamos de dejar salir. "Todavía nos quedan sorpresas..." dijiste con hilo de voz para ahogar los sollozos. Pero no quedaban ganas y tampoco nos quedaban risas. Es un hecho de la vida feo, doloroso, despreciable; pero parte de la vida al fin y al cabo. Me dí cuenta entonces que no se resumía a tu mano sobre la mía sino al momento en que la soltaste al cruzar el umbral y te pedí que nunca nunca miraras hacia atrás como lo haría yo un millón de veces; que nunca respondieras a los lamentos y que jamás te vencieran los recuerdos. "Sé fuerte tú porque yo no voy a poder". Resignados. Tristes de todo pero conformes. Y el olor dulce en el aire... el olor de los momentos fútiles que ocurrieron mientras pensábamos como mierda haríamos para olvidar.

No comments: