LCD. (s.s)

Hoy en la mañana apreté los ojos para no despertar y quedarme en mi cama eternamente. Pero me levanté igual, y después de ducharme todavía tenía ganas de sacar la cabeza por la ventana y llorar. Me pasa seguido que extraño a alguien y no sé a quien. Me pasa seguido -y me pasa la cuenta- no poder dormir en la noche, prender la luz ultravioleta para sentirme feliz y sentir el mismo vacío de siempre. Porque siento que no tengo nada, lo he perdido todo. Siento que las esquinitas de mis deseos se quebraron y se perdieron en medio de la neblina que se tragó también mis lágrimas. Los ojos se me cristalizan con facilidad pero no baja ni una sola gotita de emoción por las mejillas sonrojadas, mis pestañas moradas se cierran y se caen, un poco por la pena y otro poco por la decepción. La música proyecta cambios de humor en mi y no puedo evitar teclear las letras al ritmo de daft punk is playing at my house y de repente reírme porque si, o gritar porque si, o llorar porque si. No tengo nada. Nada más que lo material. Me robé un notebook. Soy una lacra social (y el notebook es de mi abuela). Soy una estúpida. Mis dedos son transparentes, me los muerdo y después lloro. Luego me como los girasoles. Y ahora me desmayo. Tengo que ordenar la mente antes que mi habitación, y no sé cuál de los dos está peor.