El tiempo se me hace eterno, lo único que quiero es terminar con la espera, desaparecer la insertidumbre, extinguir los miedos, matar las dudas. Y él, sentado con la pierna arriba -maldita costumbre en común- sonidos guturales que escapan de entre los dientes, las sábanas están manchadas. Probablemente quiere decir algo. Mientras yo estoy desplomada en el suelo, y estoy llorando no sé porqué -como siempre- pero tengo las pestañas moradas y tu estás riendo. Girando, caminando por entre la vergüenza, la humillación y la ridiculez que no entiendo en ti. El despecho es más fuerte que cualquier promesa, asi que hoy vuelves con la cara redonda de siempre, y el mismo perfume me quiere emborrachar otra vez. No sabes como muero por aceptar. Pero no. El mundo se me fue a negro cuando intenté quererte más, los ojos lloran hasta doler y duele el corazón, así como me duele la guata cuando estoy nerviosa. Asi que no más. Verbalizando se concreta. Estoy verbalizando; no-más.
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