Cuando era bien chiquitita creía que nadie podía ser feliz haciéndole daño a otras personas. Con el tiempo, la gente y los sucesos, me dí cuenta que cuando las personas están tan desesperadas por mantener su status quo son capaces de hacer cosas horribles. Cosas tan horribles como maltratar sentimientos y menospreciar experiencias. Entonces hoy, para el registro, soy una obsesiva distorsionada mitómana y la mitad de los sucesos que me hicieron lo que hoy soy fueron mentiras que se crearon a nivel intracraneal una noche en que repasaba una y otra vez hechos que nunca ocurrieron. Además, amo a quien odio y soy rara, melancólica e infeliz.
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