Wednesday, April 29

Hoy las hojas secas no suenan.

Cuando te escondiste detrás de la puerta te vi antes de que me vieras entonces perdió la gracia y ahora me aburro. Yo no quise arruinar tu sorpresa pero ahora me miras y me hablas y te escondes y te ries del mundo en el que vivimos, porque tienes miedo, tu tienes miedo. Tienes miedo de caer como caimos antes y a mi ya no me importas tú sino él, que se sienta y me hace cariño en el pelo mientras me canta canciones que evocan mi infancia y me dan ganas de llorar, mientras yo lo miro fijo a los ojos y el me dedica sus rasgeos de guitarra, las melodías de sus labios, el amor de sus ojitos y todo lo tierno que tiene por ser él y no tú. Y yo te sorprendo, te sorprendo mirando de reojo, susurrando y repitiendo una e incansablemente las incoherencias de un maldito despechado, de esos que quedan sin pan ni pedazo, de esos que sufren, y tu no entiendes que no es el caso, hombre, no es el caso. Olvidate porfavor, trata de mirarme a mi y decir que lo sientes, aunque sabes que no te voy a escuchar porque ahora no me interesas tú sino él, que tienes ojos de aceituna y cabello de miel, que me toca y me proboca como tu no supiste ser, que me tiene y me quiere como tu no supiste hacer. Ahora estás confundido y no sabes dónde ir, no quieres ni vivir, pero tienes que seguir, porque esto no es la guerra sino la vida. Trata de recordar lo que pasó porque en un sueño medio raro yo solté mis recuerdos para que se fueran en el cause de un río de colores y un destino mejor, y no puedo acordarme que era lo que te venía a decir. Ahora yo no creo en tí sino en él, que es más lindo, más tierno, más mejor y más mio. Hoy quiero que me saludes en la calle para poder ignorarte, parece que eso te quería contar. Pero te conté que hoy no suenan las hojas secas porque es otoño y estuvo húmedo, y me distraje en el camino pensando en las mil cosas bonitas que te podía decir para distraerme de las palabras asquerosas que tenia que cantar. Entonces, adónde ibamos? Piérdete en mi vida y yo me pierdo en la mia, no en la tuya o mejor en la de él, que me cantó una canción para su muerte y me contó que era fácil como un domingo por la mañana al más estilo sui generis y faith no more. No es el caso pero me puedes regalar un chocolate? Dicen que hace bien para la memoria y yo lo único que quiero es acordarme qué fue lo que me dijiste cuando me dijiste que me amabas. Yo no me acuerdo, porque parece que te conté eso del sueño que me robó todo lo que recordaba de ti y ahora sólo sé que existe él y que me encanta. Me trizas, me hechizas, me matas, me idiotizas, pero ya no tú, sino Él.-

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