Tuesday, April 14

They said it changes when the sun goes down


Me acordé de esos días en que caminábamos por nuestros pasajes secretos entremedio de los ciruelos florecidos mojados por la lluvia de agosto, tomados de la manito y hablando incoherencias. Uno de esos días fue la primera vez que me dijiste te amo en persona. No podría olvidarlo, porque fue la primera vez que me sentí así, tan inocente, tan ingenua. Te pregunté que era el amor y me dijiste que era lo que sentías en la guatita cada vez que te hablaba, lo que te daba en el corazón cada vez que te miraba, lo que pasaba por tu mente cada vez que te abrazaba. Entonces dije que yo también te amaba. Recuerdo también nuestro primer beso bajo la lluvia. El primero de tantos. Recuerdo cuando decidimos que ya no habían motivos para seguir con este amor. Nos sentamos en la escalera y hablaste un montón de cosas, las palabras salían y salían de tu boca sin parar. Yo miraba algo en la casa de al lado intentando no ponerte atención. Pero lo que decías atravesó mi imaginación y se dejó caer en mis párpados sin que nisiquiera le diera permiso, atiné a que esto se estaba acabando y que no me importaba mucho. No sé por que lloré, y menos sé por que lloraste tú. Entonces nos quedamos como estúpidos llorando en un abrazo fingido, con lágrimas que no sabríamos explicar ni tu ni yo, con lágrimas que después intentamos borrar pretendiendo que nunca existieron. Recuerdo cuando los dos nos dimos cuenta que esto no había terminado. Porque me miraste diciendo que aún me querías. Hasta ese momento nunca lo había pensado, pero yo tampoco había dejado de quererte. No existían razones para dejar de hacerlo. Y volvimos a lo mismo. Caímos mil veces, y luego mil veces más. Recuerdo cuando prometiste nunca dejarme sola, y también cuando faltaste a tu promesa. Cuando volviste, cuando me pediste perdón, cuando volviste a lo mismo, cuando volvimos a los mismo. Lo que no recuerdo por más que intento es qué ví en ti la primera vez que sentí amor. Lo he buscado por todas partes y no lo encuentro, parece como si nunca hubiera existido. Creo que te encargaste de hacerlo desaparecer para que nunca más me topara con él. Por una parte te lo agradesco, por otra creo que es injusto. Pero así están las cosas; alguna vez dijimos que volveríamos a ser lo de antes, y que si nos cansabamos del pasado nos inventaríamos un presente y un futuro. Pero tienes razón; de eso no queda nada.-

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