Sunday, September 19

cualquiera.

Desde que descubrí que el mundo no gira al ritmo que yo desearía, las decepciones parecen multiplicarse por mil, y a cada rato me da pena y me doy cuenta que estoy sola, y que ahora tengo que empezar a funcionar así. Entonces ya no dependo de las personas que prometen cosas o que saben todo de mi o que viven cerca y casi siempre están. Después de pasar varios días by my self necesito algo más que un abrazo escualido. Y entonces me sirve cualquiera. Suena feo, pero es cierto, cualquier persona que pueda sostenerme un rato, que me abrace hasta que me duerma, que me dé un beso en la frente y se preocupe de que no me caiga de la cama. Si nos acurrucamos en el sillón 10 minutos, aunque ni siquiera me agrade su mundana presencia las personas que no hablan mucho y se abrazan más son adorables, y siempre es tan cómodo compartir así, y dormir profundo, respirar en paz, sentirse estable, 10 minutos en el sillón... aunque sean 10 minutos en el sillón. Cualquier persona que sepa abrazar, cualquiera que sepa sonreír, cualquier compañía para dormir. Luego abrir los ojos de a poquito, primero sin recordar bien donde estoy pero sintiéndome tan cómoda entre estos brazos ajenos, después darme cuenta que no me caigo porque estos brazos me sostienen y entonces me levanto y me estiro, doy las gracias y me voy, más tranquila, con menos llanto, más feliz, y sin pena. Es que todos necesitan pertenecer a algo, y yo siempre necesito pertenecer a alguien.

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