Tuesday, March 24

(entre paréntesis)


Sentarme de nuevo a mirar para otro lado. Darle la espalda a los problemas tontos, esos que no merecen verte la cara de tan estúpidos que son. Hoy me sentía insegura, tenía miedo, no me la podía. Me entregué a las lágrimas por lo menos media hora sin parar, sin dejar de sentirme culpable por tener a mis amigas lejos, por ser una pésima hermana, por tener celos, por ser posesiva, por echarlo de menos, por querer estar lejos. De pronto recordé que no estaba sola. Hoy estaba con la persona que le da razón a mis días, la enana que le da luz a mi vida. Entonces pensé que no podía flaquear mientras ella dependía de mi. Yo tenía que ser capaz de protegerla, de cuidarla, de mantenerla feliz por lo menos unas horas. Asi que dejé de lado mi calidad de trapero, me levanté, me lavé la cara y la saqué del computador. Más o menos me sentí como mamá por un minuto, lanzando la trillada frase de que "el computador cierra tu imaginación" y "con tantos juguetes lindos que tienes..." mientras la convencía de que se comiera una manzana y jugara con sus muñecas. No pensé que fuera capaz de decir esas cosas hasta por lo menos después de tener un hijo, o en lo posible nunca. Pero supongo que está bien madurar un poquito y entender que si bien con lágrimas se desahoga un poco la pena, lo que en realidad alivia es salir adelante por las personas que amo y más aún por mi misma. De todas formas no aguanto la idea de que ella ya no sea la misma de antes. Creo que me tendré que resignar y hacer otras amistades. Estas cosas de familia no sirven para nada más que para lo que existen; ser familia.-

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