Para ti

Cada vez que te miro a los ojos siento que todavía hay algo en lo cual creer, algo para jugársela y seguir adelante sin importar lo que piense el resto, sin importar todo lo que debería -debería- importarnos. Pero luego levanto la mirada y veo a mi alrededor, tanto que hemos destruido con este amor; tantos pedacitos de confianza esparcidos por el suelo, que derepente -como me encanta andar descalza- me entierro uno en el pie y me recuerda que nada está bien a tu lado, que no somos irrompibles los dos, que nuestras vidas no quieren estar de la mano, ni del brazo, ni del pie. Que no encajamos, que nos herimos, nos confundimos, nos queremos pero no es suficiente. Vamos, perdonémonos todo lo que tenemos pendiente y empecemos de nuevo, cada uno por su lado, cada cual a lo suyo, sin dejar de querernos. Y -¿porqué no?- háblame de amor, háblame de los momentos que se nos hicieron eternos mientras estuvimos juntos, háblame de lo que sientes, de cuánto me quieres, de mi ventana, de esa canción, de los fideos, de los conciertos, de tus besos, del corazón. Seamos felices ¿ya? Arreglemos toda esta confución que se ha formado por no tener valor para decir basta. Quiéreme, que yo te voy a querer a ti. Pero hagamos las cosas bien, démonos cuenta que este amor nos está doliendo y queda mejor así. ¿Amigos? Amigos.-



(Eres algo inexplicable que apareció en mi vida de la manera más absurda, que me besó de la forma más inesperada, que me amó como nadie más lo ha hecho, que no se irá de aquí aunque se lo ruege. Eres algo inexplicable que apareció en mi vida casi como una coincidencia, una infima molécula de polvo en el inmenso espacio, que apareció, en mi puerta, sin motivos; tal como lo hice yo una vez en la tuya. Y aún no puedo sacarte de aquí.-)